sábado, 30 de diciembre de 2017

Restaurante El Capricho

Cualquier objeto es bueno, cualquier producto es válido para ser publicitado o decorado con algún elemento de referencias medievales, y más en concreto heráldicas, como es el caso que ahora me ocupa: un simple sobrecillo de azúcar. Estos añadidos, desde mi punto de vista, le dan distinción y valor añadido, que se dice ahora.

Situación: restaurante el Capricho en la carretera A-92, Málaga-Granada, término municipal de Villanueva del Trabuco, durante un viaje desde Arroyo de la Miel a Campoamor; una parada para tomar café, molletes del lugar, una reverenciable manteca con tropezones y las correspondientes micciones de los viajeros, derivadas de la edad mayormente.

Los sobrecillos del azúcar que acompañaban al café, véase la ilustración que se acompaña, además de contener los datos del establecimiento, estaban estampados con un escudo pretendidamente nobiliario: un simple cuadrado, alejado de los formatos heráldicos, que contenía un dibujo que no identificaba, y sobre él, coronándolo, un yelmo emplumado; y todo ello pomposamente rodeado de lambrequines.

Mi curiosidad me llevó a preguntar a un camarero sobre dicho dibujo, aclarándome aquél que se trataba del escudo del apellido del dueño del establecimiento, pero que “el dueño no es marqués ni ná de eso”, continuó ilustrándome, que su apellido es PANEQUE y lo ha puesto ahí; ¿y el dibujo, ¿qué es?, pues una torre, pero lo verá mejor en la puerta del comedor. Efectivamente, en la entrada del comedor, grafiado sobre el cristal de la puerta, se apreciaba bien un torreón algo derruido, que posteriormente en el sobrecillo ya entendí, aunque algo más arruinado.

He indagado algo sobre este apellido y su escudo, sobre todo para llenar de contenido el artículo y he de decir que, por ahora, apenas he encontrado algo sobre este patronímico: que es conocido desde hace siglos, que no todos sus linajes tienen un origen común, y que posiblemente su procedencia esté en la provincia de Álava. Ah, y además, por su frecuencia, es el apellido número 6860 en España.

Y con respecto al escudo, y a la torre en concreto, hay que observar la rareza de encontrar en heráldica un dibujo de una edificación ajustada a la realidad, lo que le hace perder verosimilitud. Por lo general, suelen ser torres y castillos idealizados y que apenas se salen de un canon relativamente estricto. En la heráldica de entidades administrativas sí se encuentran algunos castillos y torres realistas; precisamente y que yo recuerde, uno de esos casos está en el escudo de mi pueblo.

Así que para concluir, y a falta de otra información que me contradiga, finalizo el tema con la presunción de que el dueño del establecimiento ha diseñado y hecho suyo el escudo. A pesar del invento, me agrada y felicito a este Sr. Paneque por haber optado por esta simbología para conformar su logotipo comercial.

 

Posdata:

mientras le daba vueltas con la cucharilla al café para disolver el azúcar llegó la idea: abro un nuevo campo en este mundo de las recurrencias; hay que dar cabida a cualquier producto. Vale todo.